sábado, 15 de octubre de 2011

Un cigarro, y otro, y otro más. Y te espero, siempre te espero. Afuera llueve lentamente. El agua empapa la ciudad y malcría mis oídos. Estás lejos, lo sé, puedo sentirlo. Tan lejos como el lugar de donde vienen las gotas. El humo, la ventana, el olor a lluvia, extrañarte de manera insoportable... Esa canción de fondo. ¿Qué más se pude pedir?
La ciudad está gris, y me gusta, me gusta cuando se parece a mi interior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario